Etapa: Pedrouzo-Santiago de Compostela.
¡¡SANTIAGO!!
¡Por fin llegamos! Tras tantos desvelos, caminos, piedras, vacas, caballos, e incluso discusiones, hemos llegado a Santiago. Salimos a las 5:45 de Pedrouzo. Era de noche cerrada, y la luna ya no iluminaba lo suficiente para entrever el bosque. Incluso Paco tuvo miedo, y esperamos a Manolo y a Maribel, dos peregrinos de Ontinyent, que tenían mejor luz que nosotros.
La etapa ha transcurrido fluida y sin problemas, con la parada de rigor para desayunar, y, cuando nos hemos dado cuenta ¡ya estábamos en el Monte do Gozo! Paco ha sido el Rey de nuestra Peregrinación, me ha ganado en la carrera de subida a la cima (pero por muy poquito, ¿eh?). Desde allí hemos visto por fin las torres de la catedral, y hemos empezado la aproximación a la ciudad. ¡Qué bonito es Santiago! El casco histórico es precioso, con sus casas de piedra porticadas, Me ha gustado muchísimo. Al llegar al Obradoiro se me han saltado las lágrimas de la emoción. Hacía mucho que quería llegar aquí, y lo he conseguido al fin. Es una sensación increíble. Es más, un niño al vernos ha dicho "mira papá, peregrinos de verdad". No han tardado nada en darnos la Compostela, y hemos encontrado sitio en albergue sin problemas. ¡Y todo correcto!
Aun así, me queda llegar a Fisterra. Pero eso sera... En otra ocasión. El Camino es peligroso, ¿sabéis? Una vez pones el pie en él, no lo abandonas nunca. Te absorbe. Te conviertes en un peregrino de por vida. ¿O siempre lo somos, y no te das cuenta hasta que recorres esa senda? Ahora tengo que volver a Valencia, pero sé que, aquí, se queda mi vida.
¡ULTREIA!
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