viernes, 16 de noviembre de 2012

LO SIENTOOOOO!!!!

De verdad, lo sé.

Soy una sinvergüenza, no he escrito aquí en MESES.

Lo siento, ahora ya no puedo relataros con pelos y señales el Camino, pero no os preocupéis. Es obvio que fue MARAVILLOSO. Necesito ir de nuevo. Los pies se me van cada día más.

Sigo escribiendo, por supuesto. El segundo libro de Las Crónicas del Celt sigue adelante. Esta vez es unos veinte años después del primero, así que bueno. Tengo que seguir adelante, no me debo estancar. Lo veréis.

¡Ahora tengo un perro, por cierto! Nuadha nos dio un susto y se escapó, pero lo encontré. Así que... Tengo perro y gato. Morrigan y Nuadha. Los adoro.

Paco está algo pocho de la espalda y medicándose, pero bueno. En invierno siempre se fastidia algo. No pasa nada, es superable ^^

Somos felices. Tenemos más que suficiente para ser felices. Y me encanta estar aquí. Ya no sabría vivir en la ciudad. Después de este año, me he dado cuenta de que es lo mejor que he hecho jamás. Amo Jaca, casi tanto como añoro Valencia. Me siento en casa.

Y no sé, intentaré retomar este blog. ¡Nos vemos!

Besos:

Paula

martes, 14 de agosto de 2012

...En casa de nuevo.

¡¡Aquí Nee viajera al habla!!

Bueno, chicos, ¡ya he vuelto!

Francamente, echaba muchísimo de menos mi casa, mi gato, mi PC... Esas pequeñas cosas nuestras que hacen el día a día.

A lo largo de estos días voy a ir relatando cómo ha ido el Camino, y la semana de vacaciones posterior, que ha sido GENIALOSA. Echaba de menos a mi gente, así que volver a Valencia después de Santiago ha sido una gran recompensa. Bueno. Todo en sí ha sido una recompensa. Esta vez el Camino no ha sido la dura prueba que fue la primera vez (¿o sí, y es que me ha sido tan agradable que no lo veo así?), pero aún así el esfuerzo se ha hecho con la misma ilusión y alegría, o incluso con más, porque la experiencia siempre da un valor añadido a las cosas. Vengo alegre, MUY alegre. Y con ganas de comerme el mundo.


....Y ahora me voy a hacer la compra, que hay que cenar algo!!

Besos y abrazos de vainilla:

Nee.

martes, 17 de julio de 2012

De vuelta al Camino...

Sí señores. Vuelvo otra vez sobre mis pasos. La mochila lista, la vieira colgada, el bastón y el chambergo me esperan en la puerta. Este viernes regreso a Oviedo para retomar la experiencia peregrina. Ya tengo mi credencial lista (por todos los dioses, el cura de la Iglesia de Santiago es adorable. Lo adoptaba, en serio), y el viernes cogeremos un autobús que nos llevará primero a Pamplona, y de ahí a Oviedo en tren. Otra vez tomaremos el Camino Primitivo, el mismo que nos llevó a Santiago ahora hace ya dos años.

Esta vez terminaremos a principios de agosto, y no de septiembre como la otra vez, pero bueno. No creo que el cambio de fechas influya demasiado. Estoy deseando volver a pisar el Puerto del Palo y del Acebo, pasar por Cornellana y zamparme sus carajitos del profesor, visitar a Alejandro de Bodenaya, y ver a nuestro viejo amigo Gervasio, el ángel ateo.

Caminar para rememorar una vida distinta.

Ya empiezo a sentir la extraña sensación de que el mundo "normal" no es el mío. La extraña distancia, la dimensión paralela del Camino. La vieira vuelve a indicarme que mi destino está donde muere el sol.


Camino al Fin del Mundo, de nuevo.

Esta vez, para agradecer muchas cosas.

lunes, 9 de julio de 2012

Burgos!

...¿Por dónde empezar?

Este fin de semana he estado de viaje. Esta vez, he ido a Burgos.

¿Por qué Burgos? Diréis. Bueno, pues porque había sido invitada a las II Jornadas de Manga y Ocio Alternativo de Burgos, organizadas por ACNIL. Iba de la mano de la Librería Avalon, una estupentástica librería especializada, regentada por Raquel e Iván, que se portaron conmigo de maravilla.

Pero no adelantemos acontecimientos, empezaré por el principio.

Era una calurosa tarde en la Antigua Grecia... Ah, no perdón, eso era de otra cosa.



El viernes, cuando Paco terminó de trabajar, nos recogió Sobrino que es uno de sus compañeros. Los tres empezamos el largo viaje hacia Burgos. Madre del amor hermoso, qué terrible. ¡La carretera del Pantano de Yesa es lo peor! Curvas, curvas y más curvas, hasta que por fin llegas a Pamplona y te metes en una larga autovía que cruza Navarra, Álava y finalmente llega a Burgos.

Nada más llegar, Sobrino nos dejó en un centro comercial, para que comiésemos algo, ya que él había quedado con su novia para pasar el finde. Y ahi estábamos, zampando como cosacos antes de ponernos a investigar aquella ciudad que Paco no había visitado nunca, y que yo hacía diez años que no pisaba.

...Y resultó que estábamos en la punta contraria de Burgos, de donde nos alojábamos. Tuvimos que cruzarnos, cansados y a pie, toda la ciudad. Eso sí, permitió que Paco empezase a ver que aquella ciudad, lejana y extraña para él, era algo más de lo que había pensado.

Llegamos agotados al hostal (un lugar muy bien cuidado y económico, pese a estar lejos del centro), y cenamos algo, antes de irnos a dormir. El día siguiente iba a ser muuuuy ajetreado.



A la mañana siguiente, nos tocó volver a echar mano de Google Maps (gracias, San Iphone), para llegar al recinto de las jornadas, El Hangar. Un antiguo hangar de trenes reconvertido en sala de conciertos, tipo Greenspace, pero en reducido. Cuando llegamos allí, tuve la extraña y agradable sensación de haber retrocedido cinco años en el tiempo. Videojuegos, rol, cosplay, softcombat, lolitas... ¡Aquello era mi ambiente! Una sonrisa se dibujó en mi cara cuando vi mis libros en un stand. Y sí, acabé en el stand alegremente, haciendo de fanzinera, digoooo, de autora, todo el rato atendida por Marta, de la Organización ACNIL, y por Raquel e Iván, de la librería Avalon.
Nos mezclamos con los frikis (que son ESTUPENDOS en Burgos), hubo toñas con espadas de gomaespuma, y bueno, conocí a los otros dos autores (Carlos y Carlos María), que fueron MUY atentos conmigo en todo momento. Y poco más tarde de las 4, hicimos la pequeña presentación. ¿Papeles? Ni los usé. Lo que tenía preparado era para un público más aburrido, y lo que había frente a mi era gente de mi palo. Así que ni corta ni perezosa, les llamé frikis y les insté a que siguieran leyendo, a que dieran el primer paso, a que se atrevieran a ser como eran. Y al bajar... A firmar libros. Hubo una venta suficiente para que me quedase contenta (la verdad, es que con uno sólo, me daba con un canto en los dientes. No esperaba vender absolutamente nada), y allá a las 8 nos fuimos. Estaba agotada.

Aprovechamos para salir a cenar por Burgos, y a enseñarle lo poco que recordaba de la ciudad. A qué mala hora. Paco ya está deseando volver. Espadas, morcillas, cuchillos y mil recuerdos variadísimos que estaba deseando llevarse, aparte de la ciudad en sí, que lo ha conquistado a él.

Cenamos en un sitio llamado "La Cantina del Tenorio", un bar que no es especialmente barato, pero cuya calidad es... Bueno, difícil de superar. Qué chuletillas de lechal, qué hamburguesa de buey... Qué bravas. Se me hace la boca agua de recordarlo. Y así, bien cenados y contentos, volvimos al hostal. Al día siguiente tendríamos un día entero para pasarlo bien.


Y qué bien lo pasamos, callejeando por Burgos, tomando granizados y aprovechando las terrazas y el buen tiempo. No pudimos entrar en la Catedral, no nos llegaba el presupuesto, pero nos hemos vuelto cargados de morcillas, y deseando volver. Aparte, comimos en un sitio llamado "El Pueblo", que por 12 euros por cabeza nos pusimos las botas a base de huevos rotos con patatas y morcilla, en mi caso, y con jamón en el suyo. Divinísimo. Por la tarde, volvimos al lejano centro comercial donde quedamos con Sobrino, cenamos algo ligero, y a las 8 estábamos en el coche, de vuelta.

Adiós Burgos. Adiós gentes. Os echaremos de menos.


Y GRACIAS.


Un abrazo:



Paula



(Fotos hechas con Instagram, que mola más)


Arco de Sta. María.


Casa del Cordón


Ábside y cimborrio de la Catedral 


Detalle del Teatro de Burgos- Art nouveau


Simpático Reloj en la Plaza del Cordón


Cestería.


miércoles, 4 de julio de 2012

Ordesa y Monte Perdido

Por fin, hemos ido a Ordesa.

Esta semana están Nana y Vicente en casa, y como Paco está de maniobras en Candanchú, tomamos el ejemplo y nos fuimos ayer al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.

No, no encontramos el Monte, los Cazadores de Montaña aún están en su búsqueda. Sigue Perdido. (Chistaco).

Después de un viajecito interesante por el Valle de biescas, nos metimos en la Comarca de Sobrarbe y llegamos a Torla. Me quedé un poco con las ganas de visitar el pueblo, que tenía una pinta maravillosa, pero lo dejo para otra visita. Allí, como es verano y las visitas al Parque se controlan (no puede haber más de 1800 personas dentro del Valle), cogimos un autobús que nos llevó hasta la Pradera.

Y madre del amor hermoso, qué carretera. Los quitamiedos son irónicos. Quitamiendos de madera. Más que quitar miedo, lo meten.

Así que llegamos a la Pradera de Ordesa (un prado precioso, surcado por un río que será el protagonista de mi excursión), y después de hacer los correspondientes pipis, y de preguntar el horario de la tienda de regalos (souvenir for the win), empezamos el ascenso. En un primer momento queríamos ver la cascada de la Cola de Caballo, y tomamos el sendero (ancho y muy bien cuidado), que bordea el río.

Es algo increíble. Bosques de bojs, hayas y abetos, con el sendero serpeando por dentro, lleno de pajarillos y demás, pero bueno, no es nada que no se pueda ver en las fotos. No es un camino especialmente complicado, pero sí es necesario ir mentalizado y con una forma física más o menos decente.Abstenerse vagos, ¡casi todo es ascenso!

Pese a su aparente dificultad, la recompensa es incalculable. Unas vistas maravillosas, un aire puro que huele a vida, y la gratificante sensación de estar en un lugar único. Sólo hay que ver las fotos.







Nana y Vicente
















 Una yo feliz :D
















Pies a remojo!