La tierra se arremolina bajo mis pies.
Otro más, más allá.
Quien sabe, ¿podré llegar?
Roble y castaño,
hiedra y zarza.
Ortiga y araña.
Un paso, otro paso.
Ojos y manos,
que quizá solo vea hoy.
Un árbol, otro árbol.
Camino.
El fin del mundo me espera,
me seguirá esperando.
Y camimando nos encontramos en las encrucijadas...
ResponderEliminarY cuántas hay, y qué difícil es guiarse en ellas.
ResponderEliminarsi, menos mal que tenemos diosas para eso ^^
ResponderEliminarVaya que si, y cuervos que graznaban para que no nos perdieramos!
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