Bueno, después del mal trago de ayer, hoy ha sido un día bastante mejor. Anoche me fui a dormir con la sensación de que, en realidad, no estoy sola en absoluto, sino más bien todo lo contrario. Me he levantado con una llamada de Paco, y al principio me costaba recordar dónde estaba. Tenia la sensación (que me ha durado todo el día), de que habia salido un momento y que en cualquier rato iba a abrir la puerta con su sonrisa bobalicona. Pero evidentemente, no ha sido así.
Así que me he puesto a limpiar la habitación, que falta hacía. Y después he pintado. Vamos, matando el tiempo, ¡qué voy a hacer!
Y... no tengo mucho mas que contar. Paco está bien, está contento, y se ha adaptado estupendamente.
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