Frío-Fortaleza-Fenix-Flor

Cuatro poemas con una historia en común. Cuatro poemas que se titulan con la letra F.

Cuatro poemas que, espero que os gusten.

FRÍO

Frío, como el hielo.
Cogiste mi corazón
con tus manos cálidas,
aplastándolo entre tus dedos.

Rompiendo con un gesto
mi más tierno anhelo.

Fui a ti de frente,
con el pecho al descubierto
y tu desdén heló mi voz,
ahogándome en el ártico
Mar de las Lágrimas.

Ahora mi alma está en pena,
añorando tus besos de ensueño.

Y vagaré en la vigilia, sin ti,
por los bosques helados de Oniria,
perdida, para siempre, en un sueño helado.

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FORTALEZA

Soy más fuerte que tú.
Soy más fuerte que tu ira.
Soy más fuerte que tu hielo.
Creciente primavera.

Soy más fuerte que la marea,
y que la Luna.
Más fuerte que las montañas,
y mucho más que la noche negra.

No volverás a acobardarme,
ni a juzgarme por ser yo
(principesca negrura).
No volverás a señalarme,
porque te tumbará mi carcajada
(de mágica bruja).

Soy más fuerte,
y mi voz resuena en la tormenta.
Soy mucho, muchísimo más fuerte,
mucho más fuerte que tú.

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FÉNIX

Renací, cual Ave Fénix,
libre de cadenas de hielo,
libre de tus palabras mágicas,
libre por fin del miedo.

Renací, y el amor
inundó cada rincón del Cielo,
amando cada roca, cada arbusto,
cada leyenda, cada desvelo.

Renací sin tus manos amadas,
pero sin tu desprecio postrero.
Volaré iluminando el bosque,
con el amor como único credo.

Renací, y en mi cabello rojo
se enredará tu recuerdo,
memoria de un amor pasado,
rescoldos del amor más bello.

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FLOR, o LA CANCIÓN MAS TRISTE DEL MUNDO (parte 2)

Una vez escribí
la canción más triste del mundo.
Una canción de amor imposible
que enterré en lo hondo de mi alma.

Hace poco paseé por el jardín perdido,
donde mil recuerdos se hacinaban
(llenos de polvo)
y allí estaba, la canción más triste del mundo,
convertida en una flor de cristal luminoso.

¿Quién diría que el dolor más profundo
se convertiría en la más deslumbrante belleza?
Miré sus pétalos, y reflejado en ellos,
el rostro de mi amor perdido sonreía.

Su recuerdo lleno de nostalgia era mío para siempre.

La rosa de aquel amor nunca marchitará.

-a mi poeta.